
- Realiza el organismo círculo de reflexión relacionado con la importancia de la población femenil y la seguridad alimentaria
El Instituto Estatal de las Mujeres (IEM) presentó este miércoles el círculo de reflexión relacionado con “La importancia de la mujer y la seguridad alimentaria”, durante el que se puso énfasis en el rol decisivo que la población femenil desempeña en el desarrollo rural y el crecimiento de otros sectores productivos.
En el ejercicio de sensibilización moderado por Vanessa Fabiola Sotelo Turbán, técnica de campo de la Dirección de Fortalecimiento Municipal del organismo, se promovió un debate e intercambio de opiniones sobre el peso que este tema tiene en la salud, el bienestar y el desarrollo humano.
Biella Castellanos Yangulova, directora de Atención Psico-Jurídica a Víctimas, señaló –a nombre del IEM– que si bien hay avances en México en materia de políticas públicas y el ámbito legislativo, aún hay que seguir trabajando para que cada vez más personas tengan acceso a una vida digna y las formas de producción de alimentos ayuden a evitar que millones padezcan hambre.
Alertó que en las ciudades, por la cotidianidad y el ritmo frenético de vida, quizá no se perciba la relevancia de esta temática, pero en las zonas rurales el campo y la agricultura constituyen una actividad fundamental para garantizar a todos la seguridad alimentaria del hogar.
A través de la plataforma Facebook Live, Sotelo Turbán apuntó que las mujeres producen entre el 60 y el 80 por ciento de los alimentos de los países en desarrollo y la mitad de todo el mundo.
No obstante, lamentó, sólo reciemente se empezó a reconocer su papel clave como productoras y suministradoras de alimentos, y su decisiva contribución a la seguridad alimentaria del hogar. Agregó que estudios de la FAO, esto es, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, confirman que la mujer es el pilar de la agricultura a pequeña escala, del trabajo campesino y de la cotidiana subsistencia familiar.
Condenó que a pesar de ello, la mujer enfrenta mayores dificultades que el hombre a la hora de acceder a recursos, como la tierra, el crédito, los insumos y los servicios que aumentan la productividad.
La funcionaria del IEM sostuvo que este tipo de restricciones se ensanchan no sólo en función del acceso a los alimentos y la disponibilidad de estos, sino también de la distribución de recursos para producirlos, así como de la generación de poder adquisitivo para comprarlos en los lugares donde no se producen.
“Dado el papel fundamental de la mujer en la producción y suministro de alimentos, toda estrategia para lograr la seguridad alimentaria sostenible debe necesariamente abordar el problema de su limitado acceso a los recursos productivos”, puntualizó.