
- Este viernes, el organismo estatal desarrolló una charla virtual donde la psicoterapeuta Nabyle Elizabeth Domínguez Infante, compartió algunas pautas a seguir para iniciar una crianza respetuosa educando a los hijos de forma consciente
El Instituto Estatal de las Mujeres (IEM), realizó este viernes el círculo de reflexión denominado "crianza respetuosa", a cargo de la psicoterapeuta Nabyle Elizabeth Domínguez Infante.
Durante la charla, la especialista, puntualizó que la crianza respetuosa también es llamada crianza con apego o crianza natural y está basada en la cercanía y el vínculo emocional entre padres e hijos.
Comentó que la crianza respetuosa muestra la importancia de aprender el mundo emocional, para brindar a los hijos un trato más respetuoso con el fin de permitirles que tengan más libertad para ir modelando su personalidad en base a las normas y valores que se les pueden transmitir.
Indicó que dentro de las pautas para generar una crianza respetuosa en las niñas, niños y adolescentes destacan: el amor incondicional, la empatía, así como el respeto.
Durante el evento virtual, la ponente compartió algunas pautas a seguir para iniciar una crianza respetuosa y educar a los hijos de forma consciente.
“Nosotras somos el primer vínculo que tenemos hacia nuestros hijos, entonces para poder crear una crianza respetuosa debemos ser conscientes de nuestras necesidades y ser respetuosas con nosotras mismas”, subrayó.
Domínguez Infante manifestó que en ocasiones es primordial acudir a los profesionales para poder reaprender sobre el cuidado de los hijos ya que –dijo- al día se generan diferentes emociones.
“La importancia de vernos a nosotras mismas y darle prioridad a nuestra salud emocional, es esencial para poder llevar un equilibrio en nuestra vida…Muchas veces vemos al exterior sin embargo, es necesario escucharnos y cuidarnos para poder cuidar a los demás”, destacó.
La especialista recomendó a los padres de familia regular sus emociones para conectar con sus hijos e hijas, ser empático con el punto de vista del niño, respetar su individualidad y sus ritmos de desarrollo, acordar con él los límites y reglas, así como destacar sus progresos.