
- Las acciones se desarrollarán durante el primer cuatrimestre de 2020, por lo que a través de la Conavi, la entidad dispondrá de una inversión inicial de 30 mdp, como resultado de una sinergia institucional que permite arraigar a la gente en su propio territorio y al mismo tiempo refuerza el sentido de pertenencia: María Luisa Albores
- Con un modelo de producción social de vivienda, la 4T demuestra que sí es posible revertir rezagos cuando las instituciones se unen para atender a la población más vulnerable, subraya Román Meyer, titular de Sedatu
En Tabasco se ejecutarán 400 acciones del Programa de Construcción de Vivienda Social durante el primer cuatrimestre de 2020, con el fin de dotar de una casa digna a los sujetos agrarios del programa “Sembrando Vida”, anunció la secretaria de Bienestar, María Luisa Albores González.
Informó que esta cifra, de las que 150 se desplegarán en la región de Los Ríos, 100 en La Chontalpa y 150 en La Sierra, forma parte de un total de dos mil acciones que se llevarán a cabo de enero a abril, en los territorios de los ocho estados donde opera “Sembrando Vida”.
En rueda de prensa, donde estuvo acompañada del secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Román Meyer Falcón, la funcionaria federal remarcó que este esquema implementado por el gobierno del Presidente, Andrés Manuel López Obrador permite atender el rezago que existe en materia de vivienda rural, “un tema que estuvo abandonado a lo largo de los últimos 40 años en México”.
Luego de realizar con el gobernador Adán Augusto López Hernández una gira por Teapa, donde entregaron las primeras viviendas rurales, de un total de 100 que fueron construidas durante 2019 en ese municipio, Jalapa y Tacotalpa, Albores recordó que durante cuatro décadas este tipo de vivienda se hizo a un lado “porque no se nota y está en lugares alejados, las casas están dispersas y no es un logro notorio”.
Sin embargo, enfatizó que por instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador, la Secretaría de Bienestar, confeccionó una metodología para detonar una sinergia entre instituciones de los tres órdenes de gobierno que contribuya a reducir la brecha entre la desigualdad y pobreza.
Explicó que entre sus bondades, el programa de vivienda social permite arraigar a la gente en su territorio con el empleo permanente que genera “Sembrando Vida” y al mismo tiempo refuerza el sentido de pertenencia que da el contar con una vivienda digna.
De ese modo, abundó Albores González, también se construye tejido social, “porque los beneficiarios son elegidos a través de la comunidad de aprendizaje campesino; de ese modo, todos sumamos esfuerzos para generar bienestar, pero un bienestar que genera identidad”, estableció.
María Luisa Albores, apuntó que iniciar con esta iniciativa este año en tres estados de la República donde opera “Sembrando Vida” (Tabasco, Puebla y Veracruz) ayudó a demostrar que la metodología implementada para revertir el déficit de vivienda rural es funcional.
“El programa es valioso en su metodología, pero de lo valioso lo importante es la sinergia institucional que se genera para dar justicia social a la gente más marginada, a las zonas rurales y a los pueblos indígenas”, acentuó.
Ejemplo de transversalidad
En su intervención, Román Meyer, titular de la Sedatu, agregó que la vivienda rural que se entrega a los beneficiarios de “Sembrando Vida” sienta un precedente en México y envía el mensaje de que sí es posible revertir los rezagos cuando las instituciones se unen para atender a la población más vulnerable o a quienes no tienen la capacidad de acceder a un mecanismo de crédito.
“El mensaje es cómo de forma conjunta se puede llevar a cabo un programa que, si bien es a escala pequeña, tiene un enfoque dirigido a aquellas familias que requieren de acciones de vivienda dentro del campo”, enfatizó el titular de Sedatu.
Meyer ponderó en ese sentido la importancia de implementar este tipo de acciones en estados como Tabasco, donde el rezago habitacional, ya sea por falta de servicios básicos o hacinamiento, alcanza al 67 por ciento de un universo de 675 mil casas registradas.
En su oportunidad, Daniel Arturo Casasús Ruz, director del Instituto de Vivienda de Tabasco (Invitab), adelantó que a través de la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi) la entidad dispondrá de una inversión inicial de 30 millones de pesos para la construcción de las 400 acciones programadas para el primer cuatrimestre de 2020.
Precisó que al igual que este año, cada casa tendrá un costo de alrededor de 154 mil pesos, de los que Sedatu a través de Conavi aporta 74 mil pesos y el resto se integra en una bolsa donde participan el gobierno estatal –vía Invitab y la Secretaría de Bienestar, Sustentabilidad y Cambio Climático (con estufas ecológicas)–, los sembradores y los municipios.
Casasús Ruz puntualizó que en las primeras 100 viviendas de tipo rural concretadas este 2019 la Conavi puso el 48.2 por ciento de la inversión, lo que equivale a 7 millones 448 mil 638 pesos; el gobierno estatal aportó el 38.2 por ciento, esto es, 5 millones 902 mil 520 pesos; y los sembradores participaron con el 7.3 por ciento, en tanto que los ayuntamientos contribuyeron con apoyos en especie.
En la reunión informativa realizada en el salón José Gorostiza de Palacio de Gobierno, Lenin Castelán Villalba, director de Planeación de Proyectos Especiales de Conavi, y Carina Arvizú Machado, subsecretaria de Desarrollo Urbano y Vivienda de Sedatu, concluyeron que el esquema para la producción social de vivienda no sólo constituye un “ejemplo de transversalidad”, sino un modelo de coordinación y trabajo conjunto.