
Ejido Allende, Teapa, Tabasco.- ‘Sopa’ es un pequeñito que sueña con ser futbolista. A sus nueve años, el larguirucho niño muestra una versatilidad que a todos divierte. Lo mismo juega de portero que de delantero. Su nombre es Isidro, tiene 9 años y entre lance y lance, tiro y tiro, demuestra de qué está hecha la niñez y juventud de este ejido del municipio de Teapa.
Con la rodilla izquierda sobre la plancha de concreto de la cancha comunitaria, ‘Sopa’ mira desafiante a sus contendientes, mientras amarra las agujetas de sus tenis, un tanto raídos.
Para el infante no existe otro mundo. Resguarda el arco metálico que funge como portería. De manera cómica, lanza gritos, da instrucciones e intimida con su voz infantil a todo aquel que osa hacerle frente. Está en modo ‘cancerbero’.
Desde casi tres cuartos de cancha, Armando de 12 años, Óscar de 17 y Eduardo de 24 años, efectúan sus mejores tiros al peculiar guardameta, quien sin miedo alguno se lanza de poste a poste para mantener imbatible su guarida. Así se mantiene durante un buen rato, hasta que se aburre. Ahora quiere ser atacante.
Enfundado en una playera verde y pantalón de mezclilla, ‘Chilo’ no sólo deja la portería, también se despoja de sus vistosos zapatos deportivos, de color azul y amarillo, que tanto le costó amarrarse. A pie ‘pelao’ le arrebata el balón a Óscar y temerario se alista para cobrar una pena máxima.
El siguiente en turno de portero es Armando. ‘Sopa’ toma distancia, entre finta y finta se enfila y le mete un puntapié a la pelota. De su pierna sale disparado un ‘tirititito’ que se va por un costado del arco. Sus acompañantes de juego estallan en risas. La burla avergüenza a Isidro, que se lleva las manos a la cara y se desvanece de rodillas sobre la cancha.
“Sopa... de milagro no se quedaron enterradas las uñas en el balón”, le recrimina, en tono burlón el más grande de ellos, Eduardo, quien desde un costado ha estado observando el desenvolvimiento del menor. Las risas son ya carcajadas. Los cuatro retoman el juego, sin medir los riesgos ni el peligro que corren.
Es miércoles 21 de agosto y el gobernador Adán Augusto López Hernández realiza una intensa gira de trabajo por diversas comunidades de Teapa, con el objetivo de poner en marcha obras en materia de agua potable, drenaje, techumbres en escuelas, pavimentación y alumbrado público. La inversión social asciende a 39 millones de pesos.

La segunda sección del ejido Ignacio Allende es el segundo punto de su recorrido por la Sultana de la Sierra. La agenda marca que aquí, el mandatario supervisará la construcción del nuevo domo de la telesecundaria “Ricardo Flores Magón”, ubicada en un cuadrante que tiene a la cancha comunitaria como punto de reunión.
A la vista de todos, de la cancha sobresale una techumbre totalmente destrozada. Las láminas se han ido cayendo a pedazos por el alto grado de corrosión, e incluso, los pobladores revelan que ellos mismos han tenido que subirse en escaleras para retirar los pedazos que mayor riesgo representan para quienes allí llegan a recrearse o distraerse.
La situación es de “atención urgente”, tanto, que el jefe del Ejecutivo, recién desciende de la camioneta que lo llevó a la localidad, se percata de la gravedad de la situación.
Una ‘cascarita’ por el progreso
Acompañado de la alcaldesa Tey Mollinedo Cano y el titular de la Secretaría de Ordenamiento Territorial y Obras Públicas (SOTOP), Luis Romeo Gurría Gurría, el mandatario estatal se detiene e ingresa al inmueble para echar un vistazo a la estructura corroída. Preocupado, acuerda con la autoridad municipal y dicta instrucción al funcionario estatal. “Hay que retirarla y hacerla de nuevo”, ordena.
La presidenta municipal y el titular de SOTOP, oriundo de Teapa, se voltean a ver y entre risas, se echan ánimos uno al otro. “Si tú le entras, yo le entro”, le suelta Tey. “¿Cuándo te he dicho que no a algo?”, le revira Gurría. La comitiva prosigue su camino hacia el evento.
En la telesecundaria “Ricardo Flores Magón”, el jefe del Ejecutivo supervisa los avances de un domo que resguardará a los adolescentes de las inclemencias del tiempo y escucha en voz de las autoridades municipales la explicación técnica de una serie de obras que están por iniciar en varias comunidades, con una inversión por contratar de 10.2 millones.
“Disculpe la intromisión, señor Gobernador, pero sólo queremos saber si en toda esa inversión está considerada la techumbre de la cancha comunitaria; tiene más de cuatro años que hemos solicitado que la cambien, porque es un peligro para la gente, la lámina se está cayendo y la estructura se está pudriendo”, interviene, fuera de programa, el delegado municipal del ejido, Ismael Hernández Escolástico.
El mandatario escucha atento, apacible, sin prisas. Lo apacigua. “No se preocupen ya por eso. En 15 días iniciarán los trabajos para colocar una estructura nueva. Es un compromiso del Gobierno Estatal y Municipal”, remata, mientras toma camino para culminar su recorrido por la demarcación, en la colonia Las Grutas de la cabecera municipal.
La autoridad ejidal evidencia su alegría y se dirige acompañado de un grupo de lugareños hacia la cancha. Allí se topa con Isidro, Armando, Óscar y Eduardo, que no han dejado de “cascarear”.
--“Ahora sí ‘Sopa’, vas a tener cancha nueva para meter muchos goles”, le grita don Ismael al más pequeño, “Chilo”, quien aturdido por la noticia cae en un lapsus de distracción y con marco abierto, abanica un disparo franco a portería. Las carcajadas explotan. “Eres la tinta”, le sermonean, doblados de risa, sus compañeros de juego.