- Sensibilizan a los servidores públicos a fin de que se conduzcan con respeto, tolerancia e igualdad entre los géneros y en su actividad laboral
La discriminación es uno de los puntos que daña el entorno, por ello, es fundamental educar desde el hogar en relación a la equidad de género, porque las mujeres y los hombres tenemos los mismos derechos y obligaciones, expresaron capacitadores del Instituto Estatal de las Mujeres (IEM), al impartir el taller “Nuevas Masculinidades”, a personal de la Secretaría para el Desarrollo Económico y la Competitividad (Sedec).
A través de la Dirección de Innovación y Desarrollo de la Sedec, los instructores del IEM Gustavo Córdova Nuño y Javier Feria Cornelio, explicaron que el propósito es sensibilizar a los servidores públicos, a fin de que se conduzcan con respeto, tolerancia e igualdad entre los géneros y en su actividad laboral.
Desde el auditorio de la Sedec, destacaron que los golpes causan daños, pero también las palabras y descalificativos lastiman más a la persona.
Agregaron, que hablar de nuevas masculinidades es aprender a no violentarnos, “cuestiónate en lo que haces, cómo te comportas, en lo que dices, cuál es tu relación con tu pareja, con amigos, familiares y en el trabajo”.
Es decir, modifiquen sus prácticas y esquemas de pensamiento patriarcales, la misoginia, homofobia, lésbico y transfobia, discriminación, androcentrismo, entre otros, y que tengan prácticas de autocuidado en su salud sexual reproductiva, estilos de vida saludables y expresión de sus emociones, aseveraron.

Manifestaron que el género es el constructor social que se define por las normas que cada cultura impone, sobre lo que es ser hombre o ser mujer. Por ello, los estereotipos de género son las ideas que cada cultura designa como apropiadas, inapropiadas, morales o inmorales, sanas o enfermas, las cuales van limitando y encasillando a hombres y mujeres.
Gustavo Córdova Nuño, dijo que en el Instituto Estatal de las Mujeres imparten terapia grupal para hombres agredidos, sin embargo, no es aprovechado este apoyo y probablemente se deba a conceptos como el machismo o la vergüenza.
Explicó que existe el micromachismo utilitario, donde se aprovecha de todo; el encubierto, donde el sujeto manipula a su conveniencia; el correctivo, donde usa la fuerza moral, psíquica o económica para ejercer su poder y el de crisis, cuando ellas empiezan a romper la balanza de la desigualdad en la pareja.
Ambos instructores reiteraron que los estereotipos dañan al hombre y a la mujer, por ejemplo, a los policías se les tacha de corruptos y rateros. A los servidores públicos, de flojos y sinvergüenzas; al hombre y a la mujer por su vestimenta, dicen que sus tendencias son hacia otro género; antiguamente a los tatuados eran señalados como delincuentes y actualmente se ve como algo normal.
Finalmente exhortaron a los hombres a educar bien desde el núcleo familiar y demás entorno, sobre todo dejar de mirar a la mujer como objeto sexual; tampoco discriminar o juzgar a la mujer o al hombre, pues las consecuencias llegan a ser fatales.