
- Lleva a cabo el organismo el círculo de reflexión sobre los “Estereotipos de género en las expresiones y refranero popular”
El Instituto Estatal de las Mujeres realizó este martes el círculo de reflexión sobre los “Estereotipos de género en las expresiones y refranero popular”, como parte de una cruzada que busca empoderar a la mujer, reeducar a la sociedad hacia la construcción conjunta de la igualdad entre los géneros, y propiciar la equidad para tener mayor desarrollo y paz social.
El ejercicio de sensibilización estuvo a cargo de Ari Edith Herrera de los Santos, asesora jurídica del Programa de Apoyo a las Instancias de Mujeres en las Entidades Federativas (PAIMEF), y fue transmitido en vivo por medio de la plataforma Facebook Live.
En representación del IEM, la directora de Atención Psico Jurídica a Víctimas, Biella Castellanos Yangulova, celebró que el organismo de mujeres en la entidad mantenga activos este tipo de ejercicios diarios, que representan “gotitas que van rompiendo la roca” para lograr un Tabasco más femenino.
Dimensionó la importancia del tema de análisis de hoy, ya que los roles de género, abundó, tradicionalmente han atribuido a las mujeres y a los hombres características psicológicas y de comportamiento determinadas
Indicó que los roles o papeles de género conllevan modelos y conductas diferentes para hombres y mujeres, que se asignan a lo llamado femenino y a lo masculino, y determinan los comportamientos de cada persona en función del sexo con el que ha nacido.
“Cada sociedad tiene ideas diferentes sobre lo que las mujeres y los hombres deben hacer o la forma en que nos debemos organizar, a través de todo el proceso que vamos apropiándonos, desde la más temprana educación hasta las interacciones sociales que día a día vivimos”, señaló.
Dijo, sin embargo, que estas tareas van dependiendo de las culturas y los momentos históricos, y son predominantes a partir de una visión patriarcal; algo, expuso, que no siempre ha sido así, pero que le da un mayor prestigio social a los hombres que a las mujeres, mismos que gozan de mayor credibilidad o que los tomen más en serio.
Castellanos Yangulova advirtió cómo desde la familia, la comunidad o grupo social, “desde chiquititos los niños aprenden qué es lo que está bien o está mal para un niño o una niña, y eso no necesariamente es lo más benéfico para el conjunto de la sociedad”
Criticó que desde pequeños se nos enseñe a expresar nuestras emociones de forma diferente, y citó como ejemplo manifestaciones machistas que condenan a los niños porque “los hombres no lloran”, “corres como una niña”, o “lloras como una niña”.
Es decir, “se nos van transmitiendo valores de superioridad e inferioridad, que es lo considerado más grave sobre lo que es ser hombre o mujer, y las formas de comportamiento de valoración que se nos asignan varían según el lugar, la religión, las etapas históricas, la clase social, la cultura, los grupos étnicos e incluso la edad”, puntualizó.