
- El Instituto Estatal de las Mujeres presentó este lunes círculo de reflexión “La mujer en el marco de la sociedad del Siglo XXI”
- La ponencia estuvo a cargo del psicólogo clínico y psicoterapeuta, Daniel Omar Martínez Huerta
“No podremos construir soluciones en el Siglo XXI, si no contamos con la visión de la mujer ante los tres problemas principales a los que nos enfrentamos como seres humanos: la desigualdad, los recursos del planeta y los derechos individuales vs derechos colectivos”, consideró el psicólogo clínico y psicoterapeuta, Daniel Omar Martínez Huerta.
Al ofrecer el círculo de reflexión que todos los días presenta el Instituto Estatal de las Mujeres (IEM) y que llevó por título “La mujer en el marco de la sociedad del Siglo XXI”, el especialista dijo que se tienen que enfrentar y resolver urgentemente, retos para que la igualdad entre hombres y mujeres sea equitativa en este nuevo Siglo.
Puntualizó que debe haber igualdad por decreto que aún no modifica en su totalidad la estructura social; persisten grandes diferencias entre mujeres del occidente con las del oriente; se tienen que acabar las diferencias entre mujeres del medio urbano con el rural; asegurar que la mujer acceda a la educación y estar conscientes de su rol y papel en la problemática de la violencia de género.
En su introducción, Martínez Huerta señaló que, para comprender el presente, debemos mirar hacia el pasado, por lo que destacó que a lo largo de la historia de la humanidad, el papel de la mujer ha sido trascendental en todos los quehaceres de la vida social, desde la era del Paleolítico hasta el presente Siglo.
Opinó que es necesario realizar una revisión histórica de todo lo que ha aportado la mujer a nuestra civilización, pues ha habido una invaluable participación del sector femenino a lo largo de la historia, y desde el Paleolítico ya formaba parte esencial de las principales actividades, como en el cuidado del fuego, la pesca, la agricultura, las artes, y en la crianza.
Ejemplificó que en la era del Neolítico (hace más de 6 mil años), la mujer también desempeñaba un papel fundamental en los grupos, y explicó que hace años se hallaron huesos de féminas de esa época de húmeros de brazos y tibias de piernas, que mostraban la dureza y fortaleza que tenían, inclusive superior a la de los hombres.
“Es muestra de que las mujeres participaban en actividades de recolección de semillas y frutos, en la propia caza de animales, en la transformación de alimentos como el moliendo del trigo o el maíz. Eran muy activas y ocupaban muchos espacios en esos grupos de humanos”, aseveró.
El también profesor de licenciaturas y maestrías en psicología en universidades de Chiapas y de Tabasco indicó que en épocas remotas, la mujer fungió como curandera, shaman, en la fertilidad y maternidad, en las matemáticas y la astronomía, pues sus conocimientos eran vastos y abarcó gran parte de la vida cotidiana de los antepasados.
Detalló que en la llamada época de Edad de Bronce –cuando se descubrió el metal del bronce, entre los años 3000 y 1200 a.C.– se dio la transformación socio-cultural del matriarcado al patriarcado, que aún persiste en nuestros tiempos, pero en el que participa activamente la mujer al ser parte fundamental del mismo.
El además orientador de grupos vulnerables del programa VIH/SIDA lamentó que en pleno Siglo XXI se mantenga una desigualdad injustificable y un silencio cómplice ante la violencia de género existente, y que persistan en toda suerte de etnias, sociedades y territorios, convirtiendo las agresiones a mujeres en una asignatura pendiente.
Destacó que pese a que se ha avanzado mucho gracias a movimientos feministas, reivindicaciones y a políticas progresistas y liberales que han ido modificando nuestra cultura social, todavía falta mucho por hacer en la materia.
“Tenemos que frenar todo tipo de agresiones contra las mujeres en todos los estratos y en todas las situaciones”, concluyó.