
- La psicóloga y tanatóloga Guadalupe Montero, presentó círculo de reflexión “Características de un hombre agresor”.
- Opinó que es un tema en el que debe haber un trabajo coordinado entre instituciones, padres de familia, amigos y la sociedad en su conjunto.
- Dijo que un agresor siempre escoge a su víctima, que puede ser una mujer con baja autoestima o dependencia o que tenga problemas familiares.
En sus acostumbrados miércoles de círculos de reflexión, el Instituto Estatal de las Mujeres (IEM) presentó el tema “Características de un hombre agresor”, a cargo de la especialista Guadalupe Montero Carrera, quien es psicóloga, tanatóloga y cuenta con vasta experiencia en atención a mujeres que sufren algún tipo de violencia.
En su exposición, consideró que el tema abordado es importante y actual, por los hechos que se han suscitado en las últimas semanas en el estado, en los que desafortunadamente han perdido la vida mujeres tabasqueñas, por lo que es un trabajo en el que deben participar instituciones, padres de familia, amigos y la sociedad en su conjunto.
Montero Carrera señaló que un agresor es aquella persona que inflige cualquier tipo de violencia contra las mujeres.
“El agresor siempre va a escoger a un tipo víctima, que puede ser una mujer que tenga problemas familiares, de baja autoestima o dependencia, y que tenemos una cultura patriarcal, en la que el hombre es el que hace lo que quiere”, enfatizó.
Explicó que algunas de las características de un agresor son inseguridad, personalidad depresiva y tendencia a culpar a los demás de sus fallos, como el intento de reforzar su autoestima.
“Desde esta perspectiva, se considera que el hombre actúa de manera desadaptada, por tener un problema psicológico o psiquiátrico, y al sufrir una disfunción se siente vulnerable o inseguro, por lo que tiende a sobre compensar su autoestima a través de la violencia, especialmente contra las mujeres”, describió.
La psicóloga por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) dijo que el agresor siempre se mostrará platónico, sutil y amable en la etapa del enamoramiento, buscando cumplir las necesidades de la pareja, quien se enamora, se entrega y cree que existen hombres que aún pueden llenar el vacío que tienen por su baja autoestima.
Detalló que los rasgos de un narcisista son distintos, como tener un sentido exagerado de prepotencia, necesitar una admiración excesiva y constante, exagerar logros y talentos, se preocupan por tener éxito y poder, creen que son superiores, monopolizan las pláticas, sacan ventaja de los demás, y son arrogantes o altaneros, entre otros aspectos.
Mencionó que los agresores también tienen trastornos antisociales, como una cruel despreocupación por los sentimientos de los demás, actitud marcada y persistente de irresponsabilidad por normas y obligaciones sociales, muy baja tolerancia a la frustración, abandonos laborales, poco remordimiento a sus actos y culpan a las víctimas de ingenuas.
La especialista en atención a mujeres que sufren algún tipo de agresión, citó que existen diferentes tipos de violencia hacia las féminas, como psicológica, patrimonial, sexual y física, y son practicadas por sociópatas y psicópatas, este último es inteligente, astuto, amigable, narcisista y puede llegar a cometer feminicidio.
Señaló que también en un agresor se pueden presentar distintos patrones de abuso emocional, como el Gaslighting, en el que la víctima es manipulada para que llegue a dudar de su propia percepción.
“Es una forma deliberada de mentir, que pretende confundir a la víctima para obtener un beneficio de ella”, puntualizó.
Especificó que las conductas del Gaslighting son que los hombres se aprovechan de la vulnerabilidad de la pareja, suele tacharla de loca o que malinterpreta las situaciones, logra desestabilizar a su pareja, suele manipular y crear dudas hacia la pareja, y genera frases machistas o degrada al género.
Guadalupe Montero subrayó que también está el patrón Mansplaining, que es cuando un hombre asume que una mujer no maneja cierto tema a la perfección y por eso la “traduce” o corrige; usa frases como “yo me entiendo mejor con los hombres”, “¿entendiste?”, “No entiendes, esto se hace de esta forma”, además suele subir el tono de su voz.
La especialista también habló sobre el Manterrupting, que proviene de una expresión inglesa que se emplea para definir la interrupción innecesaria del discurso de una mujer por parte de un hombre.
“Lo que trata de explicar ella es”, o “Amor, deja que yo le explique”, indicó.
Finalmente, recomendó la prevención para evitar cualquier tipo de violencia contra las mujeres, haciendo terapia u orientación psicológica, mejorar la autoestima y crear un autoconcepto positivo, generar autonomía en las niñas y niños, generar un trato igualitario, así como crear límites seguros y autoconfianza en sí mismos.